LANDSCAPE - PAISAJE

"No hay nada peor que la imagen nítida de un concepto difuso"

"There is nothing worse than a sharp image of a fuzzy concept"

ANSEL ADAMS

 

El planeta Tierra nos regala infinitos momentos de disfrute visual que quedan reflejados en las imágenes de paisaje. El Sol, en el amanecer diario, con su envolvente luz y energía nos sorprende entre montañas, desiertos, ríos o en el horizonte del mar. Y lo mismo ocurre cuando al anochecer nos abandona hasta el siguiente día. Son esos momentos los que anhelamos los fotógrafos paisajistas para captar y mostrar esa luz especial en el ambiente.

El paisaje cambia al ritmo de las estaciones del año. Principalmente el otoño y el invierno hacen las delicias de quienes tienen la oportunidad de disfrutar del paisaje de montaña. Bosques caducifolios cubiertos de un manto dorado, cuya vegetación comienza a deprenderse del verdor primaveral para dar paso a ocres y rojizos. Si la estación es lluviosa los ríos se convierten en protagonistas de escenas irreales pero llenas de fantasía en donde el agua sedosa se desliza y cae, como si el tiempo se hubiera parado, por sus saltos, presas y cascadas. El invierno llega adormeciendo la naturaleza e impregnando con su luz fría y azulada. La atmósfera helada y la niebla recrean a veces atmósferas oníricas entre la espesura de bosques blancos, desnudos y yacentes.

Entre los ríos de España hay uno que destaca por su belleza y características geomicrobiológicas. Se trata del río Tinto en la provincia de Huelva. LLeva su nombre por el color rojo intenso que simula el color del vino tinto, fluctuando según la estación del año entre tonos ámbar, chocolate, sangre, magentas y rojo intenso.  El río y su ribera, ubicado en la Cuenca Minera de Riotinto, es para mí un museo de Arte al natural, un lugar donde deleitar los sentidos con sus contrastes de color y formas. Testigo del paso de muchas culturas que han explotado sus tesoros: Tartessos, Fenicios, Romanos, Árabes e Ingleses. Las bacterias extremófilas capaces de vivir en ambientes de poco oxígeno y pH bajo (mucha acidez) son las responsables de procesos de mineralización. En este caso, intervienen en los ciclos del hierro y azufre de las sales compuestas existentes, dando lugar a restos minerales en suspensión en el agua y por ello, esos tonos de amarillo y rojo tan característicos y atractivos.